El año 2021 ha sido, sin duda, uno de los años más complicados para los departamentos de compras de las últimas décadas; La evolución de la crisis sanitaria del COVID-19, unida a la resaca posterior al gran encierro y, no nos olvidemos, el BREXIT, han supuesto un desabastecimiento generalizado y una subida de precios como no se había visto en los últimos 29 años. Al fin y al cabo, según los datos publicados por el INE en octubre de 2021, el IPC subió un 5’5% interanual, dato no visto desde 1992.
Existen muchas razones para esta situación, pero desde la OMC resaltan la falta de mano de obra en varios sectores clave y la fuerte demanda tras el encierro: Al comienzo de la pandemia se estimó que el comercio podría caer entre un 13% y un 30% en el año 2020 pero, finalmente, “sólo” cayó un 7%.
En este entorno, los departamentos de compras hemos tenido que reinventarnos para afrontar las diversas situaciones que nos estamos encontrando. Una de las consecuencias más directas que he comentado con compañeros de diversos sectores ha sido la necesidad de centrar buena parte de la atención en las “urgencias”, la búsqueda de alternativas a productos que han desaparecido del mercado o la renegociación continua de las condiciones de compra… La situación no es fácil y, lamentablemente, muchas empresas han tenido que parar sus producciones a la espera de llegada de componentes con los que poder continuar su trabajo.
En resumen, 2021 se ha caracterizado para los departamentos de compras por:
· La mayor visibilidad de su trabajo y su importancia,
· La necesidad de mayor transparencia, flexibilidad y cooperación con los proveedores y resto de stakeholders para afrontar las situaciones sobrevenidas,
· La priorización en la gestión del riesgo, creación de planes de contingencia, alternativas, etc.,
· La reconsideración de determinadas políticas habituales en compras: Gestión de stock, tipos de relaciones con los proveedores…,
· La apuesta renovada por la formación en compras para poder afrontar la situación actual y redefinir el futuro,
· La actualización y uso de tecnologías como soporte para la gestión de las compras. Ésta ha sido fundamental ya que la carga de trabajo y las situaciones excepcionales que estamos viviendo hacen imposible hacerlo con los recursos disponibles habitualmente en las empresas.
En estos momentos, a final de 2021, algunos de los sectores parecen haber tocado techo y empiezan a dar signos de estabilización o, incluso, muestran ligeras caídas en los precios.
Estamos a final de año y, como es habitual, tendemos a generar expectativas y hacer predicciones de cara al año que llega; En este sentido, el año 2022 se percibe con una gran incertidumbre y, a su vez, con la esperanza de que sea el cambio de paso que tanto se está esperando desde todos los ámbitos. Lo que sí tenemos claro es que, desde los departamentos de compras, se van a afrontar una serie de situaciones que es necesario tener en cuenta:
· Según las previsiones más generalizadas, el año 2022, sobre todo a partir del año nuevo chino, podría observarse una mejora paulatina de la situación de los mercados, aunque ésta no será igual en todos ellos ni para todas las regiones y, en los peores casos, habrá que poner la vista en 2023.
· La situación sanitaria aún no está controlada y pueden surgir vaivenes que trastoquen las
previsiones actuales.
· La aparición de barreras comerciales en los distintos países que van a hacer más difícil la gestión de compras y de la cadena de suministro.
· la creciente preocupación por la sostenibilidad ambiental y social también se verá reflejada en las compras y la cadena de suministro con especial interés en la economía circular.
·El interés despertado por las compras ha de aprovecharse para dar un impulso a la función, adoptar conductas resilientes, potenciar el sourcing, desarrollar los proveedores estratégicos…
· Se prevé un impulso en el uso de las tecnologías y la digitalización con una mayor apuesta para el análisis de datos y de previsiones, internet de las cosas, seguridad informática, RPA, IA, etc. que ayuden a los compradores en su labor diaria.
· Para poder afrontar todo esto, es necesario que se produzca un “reskilling” de las funciones de compras y, en su mayor medida, esto se consigue a través de la formación.
En definitiva, Compras se encuentra en el ojo del huracán durante esta época y es momento de afrontar de cara la situación y trabajar para mejorar el presente y el futuro, haciendo de la función una parte estratégica y fundamental de la empresa.
Pablo Sicilia Mateo
www.pablosicilia.es